viernes, 30 de julio de 2010

CLAMOR POR LA TIERRA.


El clamor por la tierra es sin duda alguna, el grito más fuerte,más drámatico y más desesperado que se escucha en Guatemala. brota de millones de pechos de guatemaltecos no sólo ansían poseer la tierra, si no ser poseídos por ella. " Hombre de Maíz ", que, por una parte se sienten tan identificados con los surcos, la siembra y la cosecha y, por otra, se ven expulsados de la tierra e impedidos de hundirse entre sus surcos fértiles, por la situación de injusticia y de pecado.
Son como forasteros de la tierra que les perteneció por milenios y se les considera como ciudadanos de segunda clase de la nación que forjaron sus colosales entepasados. Talvés ningún tema como el de la tenencia de la tierra despierta tan enconadas pasiones y provoca actitudes tan radicales e irreconciliables. Pero es un tema que hay que abordar , si queremos resolver, al menos en parte, los grandes problemas que nos aquejan.
Si se quiere llegar al fondo del problema social y a su misma raíz, tenemos qu reconocer que la situación actual tiene su origen básica e históricamente en el regimen de la tenencia de la tierra,
impuesta desde los lejanos días de la colonia y conservada en muchos de sus defectos, vicios y estructuras de desigual e injusta distribución hasta nuestros días.

Durante la època colonial, la política de la tenencia de la tierra estuvo determinada por un doble principio de carácter pragmático: por una parte, la concesión de de grandes extensiones de tierra a un grupo de colonizadores favorecidos por la corona española mediante las " encomiendas " y las " realengas " , y por otra parte la explotación de la mano de obra gratuita de indígenas en favor de la producción, a pesar de que en los pueblos llamados " de indios ", éstos podían cultivar tierras en provecho propio.

Sin embargo lejos de lograrse una solución a estos problemas, en la época independiente se acentuo la conentración de la tierra en manos de pocas personas priveligiadas por leyes arbitarias. La situaqcción se agravó con la Reforma Liberal de 1871 que, para impulsar el desarrollo del café, sustituto del añil y la cochinilla, propició la supresión de tierras comunales y la distribución de vastas extensiones de tierra entre una clase media, dando origen a una pujante clase agro-esportadora.

Nadie puede negar la excesiva desigualdad existente en nuestros días en cuanto a la tenencia de la tierra. El problema agrario en Guatemala se mide actualmente en la sola consideración del latifundio y del minifundio, al margen de los cuales se sitúa la gran mayoría de campesinos que no poseen un pedazo de tierra.

EXPLOTACIÓN DEL CAMPESINO.

En nuestro medio se explota frecuentemente al campesino de manera inhumana e inmisericirde. Este sigue siendo la mano barata cruelmente explotada. Es tan dura la actitud de algunos con respecto a los campesinos que, para aumentar sus ganancias, llegan hasta la creciente erradicación del "mozo colono". Esta relación de tipo precapitalista, anacrónica y paternalista, aunque de mala manera, concede al campesino que durante generaciones ha vivido en una determinada finca, un cierto estatuto que le da alguna estabilidad y una especie de derecho a trabajar es esa propiedad y aún a cultivar determinadas franjas de terreno en provecho propio.

EMIGRACIÓN CAMPESINA.

NO nos debe de extrañar que esta injusta sitiuación social de los pueblos indígenas, sea una de las razones por las que el campesino huye de sus lugares de origen y emigra a la ciudad, considerándola un refugio a su miseria y muchas veces a caer en las redes del vicio o la delincuencia.

Ángel Flores.


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